Enhorabuena al poeta jerezano por este merecido premio. Novelista, ensayista y poeta, además de navegante, flamencólogo, autor de alguna canción (con Joaquín Sabina)... Insumiso e inconformista.
Compañero de generación ("Generación del 50") de Ángel González, Gil de Biedma, José Ángel Valente...
Obras: "Dos días de septiembre", "Ágata, ojos de gato" (novelas), "Las adivinaciones", "Las horas muertas", "Descrédito del héroe", "Manual de infractores" (poemarios)... Su última obra publicada ha sido "Entreguerras", una especie de autobiografía en un solo poema de 3.000 versos y saldrá próximamente una recopilación de sus ensayos y artículos de crítica literaria: "Oficio de lector".
La Biblioteca recomienda especialmente Manual de Infractores ((Seix Barral), Algunos de sus poemas:
Summa Vitae
De todo lo que amé en días inconstantes
ya sólo van quedando
rastros,
marañas,
conjeturas,
pistas dudosas, vagas informaciones:
por ejemplo, la lluvia en la lucerna
de un cuarto triste de París,
la sombra rosa de los flamboyanes
engalanando a franjas las casa familiar de Camagüey,
aquellos taciturnos rastros de Babilonia
junto a los barrizales suntuosos del Éufrates,
un arcaico crepúsculo en las Islas Galápagos,
los prolijos fantasmas
de un memorable lupanar de Cádiz,
una mañana sin errores
ante la tumba de Ibn’Arabi en un suburbio de Damasco,
el cuerpo de Manuela tendido entre los juncos de Doñana,
aquel café de Bogotá
donde iba a menudo con amigos que han muerto,
la gimiente tirantez del velamen
en la bordada previa a aquel primer naufragio...
Cosas así de simples y soberbias.
Pero de todo eso
¿qué me importa
evocar, preservar después de tan volubles
comparecencias del olvido?
Nada sino una sombra
cruzándose en la noche con mi sombra.
Salvedad
Todos
aquellos que han sobrevivido
a tres
naufragios, tienen asegurada
la
inmortalidad.
Así se
afirma al menos
en los nunca
escritos códices
de Argónida.
Mi suerte ya
está echada:
Azotea
Fui feliz fugazmente algunas veces,
entre dos furias fui feliz,
lo fui de vez en cuando sin saberlo.
entre dos furias fui feliz,
lo fui de vez en cuando sin saberlo.
Por ejemplo en la ciudad solar que se veía
desde aquella azotea de la infancia,
tentadora ciudad flameando
en los celestes mástiles del tiempo,
mientras iniciaba la vida la aventura
de descubrir el mundo a escondidas del mundo.
Allí subsisto aunque no esté, allí
perduro en medio
de la devastación de esa azotea
que reconstruyo cada día para no claudicar.
perduro en medio
de la devastación de esa azotea
que reconstruyo cada día para no claudicar.
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